Hace algunos meses tuvimos la oportunidad de atender a un cliente que estaba en problemas. Su panel principal repentinamente sufrió un daño catastrófico desconocido lo que llevo a la caída inminente del sistema de detección de humo.
“Necesito que vengas” – fueron las palabras del jefe de mantenimiento. “Ya tenemos algunas semanas con el sistema caído y mi auditoria esta próxima” – dijo.
Cuando llegamos al lugar el jefe de mantenimiento nos explicó que durante un día lluvioso el sistema de alarmas emitió los tonos de evacuación en todo el edificio sin razón alguna; todos los ocupantes desalojaron el lugar mientras que él se dirigía al cuarto de seguridad donde se encontraba el panel principal del sistema de detección de humo.
“Parecía un castillo de fuegos pirotécnicos” – mencionó; unos segundos después el panel entero se apagó y no dio mas signos de vida al mismo tiempo que las alarmas también dejaban de sonar en todo el edificio.
“Todo se arregla con un reemplazo de la tarjeta CPU, cotízala por favor” – Me dijo el jefe de mantenimiento, pero yo no estaba conforme con un simple reemplazo y ya, así que levantando plafones durante recorridos nocturnos pudimos darnos cuenta que las entrañas del sistema escondían las causas del daño en el sistema.
Durante 3 semanas estuvimos extrayendo cantidades tremendas de cable que recorrían todo el edificio a lo largo del sistema de detección de humo. Cable que no cumplía con las formalidades para un sistema de alarmas tal como lo describe la Norma (NFPA).
Entre kilos y kilos de combinaciones de cable eléctrico de varios calibres, encontramos empalmes al por mayor, registrables y no registrables. Aquello verdaderamente parecía la estructura de un castillo de pirotecnia preparada para un día de fiesta, sin mencionar que la canalización contenía considerables distancias de tubo flexible dañado y sin recubrimiento. Por fin encontramos la causa del daño.
Todos los edificios tienen goteras, los equipos de aire acondicionado aportan su granito de arena y las fugas en la red de rociadores a razón de la falta de mantenimiento son bombas de tiempo que lo único que requieren para detonar es una instalación deficiente que con el más mínimo destello afirmaran que:
“LOS DAÑOS MAS SEVEROS EN LOS SISTEMAS DE ALARMA HOY EN DIA, SON PROVOCADOS POR MALAS INSTALACIONES EN EL CABLEADO”
– Por Lemuel Vázquez.